
Dos niños asistían juntos a la escuela, jugaban juntos, y eran íntimos compañeros hasta llegar a su mayoría de edad. Uno de ellos, por su aplicación y rectitud, cosechó el aprecio y confianza de todos cuantos le conocían, y llegó a ocupar puestos importantes y honrosos, inclusive el de intendente de una gran ciudad. Por el contrario, su compañero , siguió el camino de la indolencia y del vicio, y en el transcurso del tiempo llegó a ser un infractor de las leyes de su país.
Un día, cuando el primero ya era juez del tribunal de crimen, fue traído delante de él su antiguo amigo acusado de una ofensa criminal. En vista de la vieja amistad que había existido entre el juez y el reo el proceso despertó gran interés en el pueblo, y el tribunal se llenó de gente deseosa de ver la actitud que adoptaría aquél juez.